El proyecto se estructura en torno a tres ejes fundamentales con el desarrollo rural sostenible como base.
Además de la recuperación de los 50.000 olivos abandonados en las cuencas mineras, contempla la vuelta al cultivo de las huertas yermas plantando hortalizas que se transformarán en las conserveras utilizando las plantas solares, y el apoyo a emprendedores.
Según ha explicado Alberto Alfonso, fundador de Apadrina un Olivo, en una entrevista a Onda Cero "ya tenemos 17 proyectos que están trabajando y pensamos que es una iniciativa de oro para poder impulsar el desarrollo rural a través de la energía verde".
El proyecto también tiene una vertiente internacional que se desarrollará en una comarca portuguesa, donde se ubica el olivo más antiguo de la Península Ibérica, de tres mil años de antigüedad. Alfonso ha añadido que "allí también sufren el problema de la despoblación y también hacen aceite gracias a un proyecto de recuperación de olivos, aplicando la industria conservera con una plante de generación de biomasa".