El fin de curso abre la puerta a una pausa en la rutina de los pequeños de la casa. Y la lectura, frecuentemente, también es víctima del parón. María Torrecilla, orientadora y miembro de la junta directiva de la Asociación Aragonesa de Psicopedagogía, incide en la importancia de incorporar en el día a día del niño la lectura. Torrecilla explica que resulta fundamental encontrar un libro adecuado para cada niño y en caso de duda pedir asesoramiento a los profesores del centro en el que estudian.
Los cuadernos de verano, como el nombre indica, están presentes en las vacaciones, pero no deben resultar un objeto de “pelea”. “Cuando el aprendizaje va vinculado a una emoción negativa, hay que darle la vuelta”, aclara la orientadora. Al ser textos que requieren una mayor concentración, el momento ideal para dedicarles un rato sería la mañana, explica Torrecilla
Desde la Asociación Aragonesa de Psicopedagogía hacen hincapié en la importancia de permitir a los más pequeños un parón tras el fin de curso. Y en caso de querer mantener en la rutina aprendizajes como las matemáticas o la geografía, se deben incorporar con elementos cotidianos.