El 11 de diciembre de 1973, a las 8:15, se originó un incendio en el taller de Tapicerías Bonafonte que estaba ubicado en los bajos de los números 41 a 45 de la calle Rodrigo Rebolledo del barrio de Las Fuentes de Zaragoza. Un incendio en el que fallecieron 23 trabajadores entre 23 y 47 años, y tan sólo cinco pudieron ser rescatados con vida por los Bomberos. Este gran incendio fue el primero de los grandes incendios que ha quedado en el imaginario de los zaragozanos.
Cinco décadas después, el Museo del Fuego muestra una exposición bajo el título “50 años del incendio de Tapicerías Bonafonte”. Su comisario es Raúl Valtueña, y explica cómo fue un incendio de grandes dimensiones que supuso un impacto para los ciudadanos y, sin embargo, apenas se conoce. Tras el juicio no se pudieron determinar las causas que originaron el fuego.
Todo apunta a que el foco fue un trasformador que llevaba días dando problemas, saltaban chispas e incluso tuvieron que desalojar la empresa en alguna ocasión. Valtueña explica que en aquellos momentos los transformadores estaban en el exterior de los edificios, ocupando el espacio del sótano. Y en esta ocasión, conectaba a través de una rejilla de ventilación con un vestuario de Tapicerías Bonafonte.
La complejidad del servicio
Para los bomberos fue una intervención muy complicada y las condiciones, tal y como relata el Raúl Valtueña, no eran las más adecuadas. Tapicerías Bonafonte estaba en un sótano de unos mil metros cuadrados con sólo una entrada que era también la salida, mucho material que ejercía de combustible y también oxígeno que alimentaba el fuego. Solo era necesario un punto de ignición para que se produjera el incendio, como así sucedió.
El servicio fue muy complicado y también lo sería hoy en día. Había una sola entrada que también servía de salida, pero estaba echada la persiana, por lo que la puerta estaba bloqueada, así que tuvieron que realizar un butrón para poder acceder al interior.
Una vez que consiguieron entrar, los bomberos entraban contracorriente del humo y a tientas ya que la situación era de oscuridad total. Al entrar no sabían qué se encontraban ya que la fábrica estaba llena de material almacenado y los propios cuerpos de los trabajadores. Pero la mayor de las dificultades con las que se encontraron eran las calorías que se generaba en el interior del sótano. Testimonios como el del bombero Ricardo Casado indican que iban haciendo breves incursiones porque los bomberos se quemaban, cada vez que salían tenían que pedir a los compañeros que les echaran agua.
Por las altas calorías, los bomberos se quemaban, cada vez que salían tenían que pedir a los compañeros que les echaran agua
Cambio de normativa
El incendio de Tapicerías Bonafonte fue uno de los primeros grandes incendios que ha sufrido Zaragoza, el Hotel Corona y la discoteca Flying son dos que causaron mucha conmoción y tras lo que se cambiaron normativas, avanzando en la seguridad.
En este caso de 1973, los vecinos se movilizaron para que se mejoraran las condiciones de trabajo. Era habitual que las industrias y las fábricas ocuparan los bajos de los edificios donde las condiciones de prevención de riesgos laborales eran inexistentes y en la mayoría tan sólo había una puerta de entrada. A raíz del incendio de Las Fuentes, se estableció una normativa en la que figuraba que todas las empresas que estuvieran en sótanos deberían tener una entrada y una salida.
Exposición por el 50 aniversario
Hasta el 11 de marzo de 2024, el Museo del Fuego de Zaragoza acogerá la exposición “50 años del incendio de Tapicerías Bonafonte”, comisionada por Raúl Valtueña, en la que se podrá ver diversas fotografías y planos esquemáticos en los que se trata de explicar cómo pudo haberse iniciado el fuego y cómo estaba configurada la empresa.