En el itinerario hacia la inserción de aquellos a los que los avatares de la vida han llevado a tocar fondo pasa por dos claves: el trabajo y la vivienda. Con el objetivo de facilitarles ese camino, el Ayuntamiento de Zaragoza puso en marcha en 2020 el Plan de Primera Oportunidad, un programa de actividades que gestiona el Albergue Municipal para dar formación a personas sin hogar a través de diferentes talleres ocupacionales.
En estos dos años, 40 personas han aprendido a cocinar, elaborar prendas de ropa infantil, realizar manualidades o tarjetas navideñas. Hasta el momento, 16 de los 40 participantes ya cuentan con un contrato de trabajo, un primer paso esencial para su retorno a una vida autónoma y normalizada, ha señalado el consejero de Acción Social, Ángel Lorén.
Además de favorecer la capacitación laboral, este plan municipal también se centra en otra necesidad fundamental: facilitar un techo que les proporcione libertad y autonomía, compartiendo uno de los 61 pisos con los que cuenta el Ayuntamiento para uso temporal y tutorizado. En total, son 134 habitaciones que en lo que va de año han utilizado 128 personas.