Accedió al cargo tras un proceso de selección que ganó con creces pero que, como lamenta, escondía unas bases engañosas con un presupuesto de 100.000 euros para actividades que nunca existió. Algo que denunció en 2018 y que no sentó bien a los políticos. Situación agravada desde que, hace unos días, reconoció la situación deficitaria del museo y derivó en las declaraciones del director general de cultura responsabilizándole del declive del centro. Guardiola lamenta esta falta de respeto y sigue firme en su posición de denuncia.
Guardiola califica de triste la nueva etapa que le espera al CDAN, dependiente de un museo que no tiene relevancia y perdiendo la autonomía e identidad que lo habían llevado a ser un centro de referencia en España y el mejor considerado de Aragón.
Se queda con el buen recuerdo de cuatro años de trabajo en equipo, ampliando la plantilla de 2 a 7 trabajadores, con exposiciones valoradas entre las mejores de España, con la apertura del INDOC, el centro de Investigación, Documentación y Cooperación o la contribución al mundo rural organizando eventos en colaboración con el Espacio Portalet o el Museo del Dibujo de Larrés, entre otros.