El abogado y escritor Juan Francisco Ferrándiz nos traslada hasta la Edad Media en “El Juicio del Agua” a través de un camino que va en la búsqueda de la equidad en la Justicia, al origen de los Derechos Humanos y todo envuelto de una trama en la que no falta el amor, la ambición, los secretos y las venganzas.
El juicio del agua era una práctica realizada en esta época feudal en la que, para dirimir quién tenía la razón, lanzaban a los hijos pequeños de los litigantes al agua helada y el niño que sobrevivía era el que daba la victoria a su padre.
[[H4:Fragmento de “El Juicio del Agua”]]
“Blanca se miró las manos. En la izquierda le faltaba el dedo anular y una falange del índice; en la derecha, dos falanges del meñique y una del corazón. También le faltaban algunos dedos de los pies.
Eso y sus pupilas de un azul muy claro eran las secuelas de haberla sumergido con sólo un año en las aguas gélidas de la cisterna romana. Estuvo a punto de morir; fue un milagro que únicamente hubiera sufrido la congelación de los dedos”