Trasmoz, único pueblo maldito y excomulgado de España por brujería, pero no es el único rincón de Aragón en el que las brujas hicieron acto de presencia o fueron perseguidas. Ángel Gari, experto en pueblos con cultura de brujería en el Instituto Aragonés de Antropología, explica que en Aragón hubo cinco procesos colectivos por brujería, uno a finales del siglo XV, otro entre los años 1637 y 1642 en el Valle de Tena, otro en Gelsa y un quinto en Tosos.
Procesos en los que fueron acusadas de brujería a muchas personas por diferentes motivos, entre ellos que eran capaces de volar o por actos de posesión y endemoniados. Son sólo unos ejemplos que persiguieron los tres tipos de justicia que existía: la ordinaria (la que ejercían los ayuntamientos de cada una de las poblaciones), la episcopal y la Inquisición.
En Aragón, según explica Ángel Gari, 140 personas fueron condenadas a muerte por la Inquisición, la última tuvo lugar en 1535. Pero las muertes y acusaciones continuaron durante muchos más siglos. Acusaciones que realizaban la justicia ordinaria. De hecho, Gari relata que hubo una mujer llamada Margarita a la que la justicia gratuita acusó de brujería y condenó a muerte y ésta pidió a la Inquisición que revisara su juicio. Tras realizar un nuevo juicio, fue condenada a seis mes de reclusión en su casa y después quedó libre.
Hace unos años, Gari desarrollo un “Mapa de la brujería” en el Sobrarbe en el que se muestra cómo se promulgaron 13 desforamientos, cómo se suprimieron las leyes forales para poder juzgar por brujería. Casos que se dieron, sobre todo, en el Alto Cinca.