En las ciudades, a partir del 11 de mayo, la velocidad en las vías urbanas serán de 20 kilómetros por hora en las calles que compartan calzada y acera en una sola plataforma; de 30 km/h cuando sólo haya un carril en cada sentido de circulación (el 80% de las vías) y de 50 km/h cuando haya dos o mas carriles por sentido y en travesías.
Unas medidas destinadas a reducir la siniestralidad y la gravedad de las lesiones en caso de colisión. Gemma Pequerul, responsable del departamento de análisis de intensidad de colisiones de Centro Zaragoza, explica cómo la reducción de velocidad reduce de forma exponencial la importancia de las lesiones y la mortalidad.
Un dato: las personas atropelladas a 40 Km/h puede sufrir lesiones de leves a moderadas. A 50 Km/h en vías urbanas quien sea atropellado, tienen un 90% de posibilidades de morir.