Tecnología

Manipulación de imágenes con inteligencia artificial, una puerta para los delitos

La utilización de la inteligencia artificial para cometer delitos ya es una realidad. Un ejemplo está en el caso que investiga la Guardia Civil en Zaragoza sobre la manipulación de las imágenes de unas menores de edad. Compañeros de clase utilizaron la inteligencia artificial para que aparecieran desnudas y después difundieron esas imágenes.

Lourdes Funes

Zaragoza |

La Guardia Civil investiga a trece menores de edad que estudian en el instituto de la localidad zaragozana de Utebo por haber difundido imágenes de compañeras en las que aparecían desnudas. Estas imágenes estaban manipuladas con inteligencia artificial para que las menores aparecieran sin ropa. De los trece menores investigados, seis tienen menos de 14 años y son inimputables.

Javier Prenafeta, presidente de la sección de Derecho Digital del Colegio de Abogados de Zaragoza, explica que ante un caso como este en el que hay una manipulación de imágenes, todavía más si hay menores implicados por ambas partes, se puede hablar de un delito, además de lesión al derecho al honor e infracciones en la protección de datos. Al hablar de manipulación de imágenes, cuando las víctimas son menores de edad se habla de delito mientras que si fueran mayores se hablaría de injurias.

El código penal habla que este delito tiene unas penas de entre 5 y 9 años. En este caso, al hablar de menores, quienes tienen menos de 14 años, han de ser sus padres quienes tengan que hacer frente a la responsabilidad civil de sus hijos, mientras que los que tienen más de 14 años, ya son juzgados por la Ley del Menor y puede preverse el internamiento en centros específicos de menores.

Nuevo escenario

La inteligencia artificial plantea un nuevo escenario a la hora de demostrar la manipulación de imágenes o incluso de cualquier otro tipo de documento. Antes era más sencillo encontrar el error que permitía detectar qué era falso y qué no. Prenafeta explica cómo cada vez las manipulaciones son más sofisticadas, por lo que será más complicado demostrar qué es falso.

Precisamente, previendo lo que iba a suceder, el letrado cuenta cómo desde Europa se ha aprobado un reglamento de Inteligencia Artificial que trata de acotar estas situaciones y establecer una serie de medidas a las que los desarrolladores han de comprometerse con una serie de principios éticos y jurídicos, además de ofrecer más transparencia en el entrenamiento y verificación de las propias herramientas.