Se cumplen diez años del Reto Pelayo Vida. Un reto que se ha mantenido en esta década: cinco mujeres supervivientes de cáncer se embarcan en una aventura para demostrar que puede haber mucha vida después del cáncer. Subir el Kilimanjaro en 2015, fue la primera, a esa le han seguido otras muchas: Patagonia, Jordania, la vuelta a España o Annapurna en bicicleta. Este décimo aniversario tiene como meta la Antártida.
En esta expedición, a la que se han presentado 538 mujeres de once países, participa la zaragozana Marta Castillo. Le diagnosticaron cáncer de mama en 2019 y éste va a ser un reto muy especial porque, cuando presentó su candidatura no sabía en qué iba a consistir, pero tuvo la suerte de que fuera navegación y que fuera la Antártida porque en el año 2009 su padre tuvo un linfoma y en 2010 realizó la misma ruta, hizo el paso de Drake a vela.
El Reto Pelayo Vida pretende visibilizar que hay mucha vida después del cáncer y es lo que motivó a Marta a presentarse, “por el afán de superación y por vivir muy intensamente después de haber pasado por una experiencia muy dura como es un cáncer”. Tanto es así que para poder prepararse ha contado con la ayuda de su hermano que vive en Santander y con quien salía a navegar y también con el Club Náutico de Arens de Mar donde explicó su historia y le dejaron barcos para poder entrenar. E incluso completó su formación y se sacó el título de patrón de yate.
Del cáncer también se aprende
Cuando le diagnosticaron el cáncer, Marta decidió que no pensaba aprender nada de aquello, estaba enfadada, pero asegura que en este proceso ha aprendido mucho, fue una experiencia que le dio un baño de humildad. Vivía sola con sus tres hijos (entonces tenían 16, 14 y 12 años) y estaba angustiada porque la vieran enferma y tuvieran que cuidar de ella, creía que era muy necesaria para ellos. Pero durante todo el proceso, le dieron una lección de lo bien que lo habían hecho. Una época en la que se sintió muy querida por familiares y amigos.
Marta explica cómo estamos en una sociedad en la que vivimos de espalda a la enfermedad y a la muerte. El mensaje que se quiere trasmitir con el Reto Pelayo es “muy positivo” porque las mujeres que están siendo ahora diagnosticadas o están en el comienzo de la enfermedad están pasando miedo y poder ver a mujeres que han pasado por lo mismo que ellas, que ahora están fuertes y con ilusiones, motiva. Es un mensaje de esperanza”.
Una aventura de navegación
El Reto Pelayo Vida 2024 va a llevar a las expedicionarias, hasta la Antártida. Son mil kilómetros navegando desde la localidad argentina de Ushuaia de la Antártida y la expedición los recorrerá en una goleta de 39 toneladas y casco de acero capitaneada por la española Patricia Gonzalvo. La embarcación doblará el cabo de Hornos (Chile) y atravesará el legendario paso de Drake, donde confluyen los océanos Pacífico, Atlántico y Austral y por donde fluyen algunas de las corrientes oceánicas más fuertes del mundo.
Tras surcar estas aguas tocarán tierras antárticas llegando en una primera escala a la base militar española de Gabriel de Castilla, ubicada en la isla Decepción.
