La manifestación convocada por la Asociación de Hostelería oscense ha tenido una respuesta multitudinaria. Bajo el lema “Se vende Pirineo. Razón: Gobierno de Aragón”, medio millar de personas han reclamado un plan de rescate realista, serio y riguroso para el sector de la nieve y las actividades que dependen de él.
La marcha ha recorrido este miércoles las calles de la capital oscense para denunciar el estado de ruina de numerosas familias y pedir apoyo. El sector se había preparado con la previsión de que el pasado lunes se abriría el cierre perimetral de las provincias y con la idea de que este miércoles abrirían las estaciones de esquí, pero cambiaron las reglas del juego, lo que ha supuesto un duro mazazo para la economía de los valles.
Aseguran que las afecciones son enormes y que las ayudas no van a ser suficientes. Por eso, piden que al menos les dejen trabajar cumpliendo con la normativa y todas las medidas necesarias y que se pueda compatibilizar la actividad económica con el control de la pandemia.
El Gobierno aragonés respeta las reivindicaciones del sector de la hostelería e insisten en que van ayudarles para paliar las pérdidas.
De hecho, hoy han aprobado una nueva línea de ayudas por un importe de 1,4 millones de euros a fondo perdido para las empresas turísticas y de hostelería. Financiarán obras para adaptarse a la pandemia como el cerramiento de terrazas exteriores, la instalación de calefactores en los veladores o mamparas.
A pesar de las restricciones de movilidad, la estación de esquí de Astún ha abierto este miércoles. Sólo los habitantes de la provincia de Huesca pueden disfrutar de los 22 kilómetros esquiables y de los tres remontes. Para cumplir con las medidas sanitarias, será obligatorio el uso de la mascarilla en los remontes y guardar las distancias de seguridad. El director de Astún, Andrés Pita, asegura que están satisfechos por iniciar la temporada, aunque sea con una afluencia reducida.