Un nutrido grupo de vecinos y vecinas de Aínsa ataviados con trajes de la época han vuelto a llenar de color y emoción festiva el Palacio de la Aljafería de Zaragoza, sede de las Cortes de Aragón. La presidenta de la asociación cultural La Morisma, Isabel Bergua, así como el alcalde, Enrique Pueyo, y el concejal de festejos, Luis Lascorz, han sido recibidos por la presidenta de las Cortes, Marta Fernández, para dar a conocer una edición que se espera muy especial por cumplirse los 1.300 años de la mítica batalla librada en la Villa Medieval.
“Desde hace más de cuatrocientos años los ainsetanos han mantenido la tradición representando la obra popular 'La Morisma', que ha llegado hasta nuestros tiempos transmitiendo de generación en generación la interpretación de los diferentes papeles: reyes y reinas, embajadores, aloa, narrador, pastor, diablo, pecado, los dichos de uno y otro bando representando a la población y personajes más actuales como los dichos de mujeres o incluso la Muerte”, ha recordado Isabel Bergua, añadiendo que en esta quinta edición nocturna de La Morisma se incluye una connotación muy simbólica: los trece siglos de la batalla.
El alcalde, Enrique Pueyo, ha puesto en valor este capítulo de la historia incidiendo en que la relación de las Cortes de Aragón con La Morisma se remonta al año 1676. “En ese año las Cortes de Aragón, según el texto encontrado, continuaban aportando 10 libras jaquesas para su realización. Una libra jaquesa era igual a 20 sueldos, por lo que fue una cantidad importante en aquella época. De ahí”, destacaba Pueyo, “se desprende la importancia de Aínsa en la Corona de Aragón, el reino de Sobrarbe y concretamente la reconquista de esta plaza. Por eso, viene reflejado en un cuartel en el escudo de Aragón. Con la cruz encima de la carrasca”.
En la presentación también ha habido dos sonados agradecimientos. El primero dirigido a Carmen Sierra, hija de José Sierra, quien recopiló y transcribió a principios del siglo XX los textos de La Morisma. “Estos textos los tenemos en el ayuntamiento y pronto serán expuestos junto al reciente regalo que hemos recibido por parte de José Luis Mur”, apuntaba el alcalde, en referencia al escudo de la Villa de Aínsa datado del siglo XVII que el dueño del Museo de Ingenios Musicales de Labuerda encontró durante las obras de restauración del edificio y que donaba el pasado 17 de agosto al ayuntamiento.
Por su parte Luis Lascorz, concejal de festejos, quiso ensalzar la emoción que se vive en el pueblo con los preparativos y la valiosa herencia de papeles transmitidos de generación en generación hasta llegar a nuestros días. “La Morisma es el evento por excelencia para un ainsetano. Creces viendo cómo cada dos años, hay un momento del verano en el que la gente ya solo habla, pregunta y recuerda que en unos pocos días se va a llevar a cabo la representación. En mi caso, por ejemplo, dejo de ser Luis para convertirme, por unos días, en el “Rey Moro”, al igual que pasa con otros papeles como la 'Loa' o el 'Diablo'. Es algo con lo que creces y te empapas hasta que, sin darte cuenta, eres tú el que se pone nervioso cuando se acerca una nueva representación”.
En esta edición, precisamente, se producen numerosos relevos en papeles tan destacados como las reinas mora y cristiana, tomadas por dos jóvenes de la localidad, Martina Santos y Elena Buetas, que viven con la misma ilusión que sus predecesoras esta importante encomienda. También se estrena un jovencísimo Miguel Rubio, de Casa Serena, en el papel de Lazarillo, que ha hecho un adelanto de su canción en las Cortes. A tan solo unos días de su celebración, La Asociación Cultural y el ayuntamiento se felicitan por la venta de entradas, que prácticamente se han agotado a través de la web. Solo habrá venta de sillas no numeradas en taquilla del jueves al sábado, tal y como han anunciado en sus redes sociales. El aforo está cerca de las 1.000 personas, y se espera que el ambiente, totalmente recreado en la época medieval, con exhibiciones, mercadillo y talleres durante todo el fin de semana, luzca impulsado por el turismo en la recta final del verano.