En materia de patrimonio, el Gobierno aragonés inicia los trámites para declarar Bien de Interés Cultural la arquitectura del frío, es decir, los neveros y pozos donde nuestros antepasados almacenaban hielo para fines muy diversos. Elementos de la arquitectura popular de gran calidad constructiva, artística y en muchos casos, muy originales y diversos. Hay unos 300 neveros y pozos de hielo distribuidos por Aragón y la mayoría se construyeron entre los siglos XVI y XVIII.
Estas neveras antiguas están muy arraigadas en los paisajes. El hielo almacenado se usaba en los hospitales como remedio o para almacenar los alimentos de las clases aristocráticas en zonas más cálidas en el entorno de Zaragoza o en Los Monegros. Destacan los neveros de Albalate del Arzobismo, Cantavieja o Cañada de Verich, en Teruel; los de Fuendetodos, Encastillo o Las Pedrosas en Zaragoza; y los de Benabarre, Salillas o Zurita en la provincia de Huesca.