Todos los fósiles proceden de rocas pertenecientes a la denominada Formación Villar del Arzobispo, cuyo origen sedimentario data de hace unos 154,8-145 millones de años (Kimmeridgiense–Titoniense) en el Jurásico Superior.
Esta unidad geológica tiene su origen en los ecosistemas costeros formados por dunas eólicas y por grandes llanuras de inundación con abundante vegetación surcadas por ríos. En estas llanuras también había lagos muy someros de agua dulce a los que llegaba sedimento transportado por los ríos, el cual se depositaba en pequeños deltas.
Sergio Sánchez, paleontólogo de la Fundación Dinópolis y que realiza su tesis doctoral con este tipo de dinosaurios, afirma que "entre los nuevos hallazgos de Teruel destaca un húmero excavado en el término municipal de El Castellar que, debido a sus características anatómicas, ha podido identificarse como perteneciente a un estegosaurio".