El Parque Nacional de Ordesa, que recibe cada año cerca de 600.000 visitantes, prevé aplicar medidas contra la masificación por sus efectos en la conservación de ese entorno natural y en la imagen que del parque se llevan algunos turistas.
Este verano, el servicio de autobús se suspendió en varias ocasiones al completarse el cupo de 1.800 personas. Otras que acuden en su vehículo particular, se quedan sin espacio y dejan el coche en cunetas. Para evitar estas situaciones y que el turista se encuentre al llegar sin posibilidad de entrar o aparcar, se estudia por ejemplo un nuevo sistema online para reservar aparcamiento o billetes para acceder en autobús hasta la Pradera. También se plantea, por ejemplo, ofrecer información de la situación de los sectores del parque en tiempo real en las carreteras.
Plan de Movilidad
El técnico de Ordesa, Javier González, ha explicado que con los alcaldes y vecinos de la zona se está trabajando un Plan de Movilidad Sostenible, con varios departamentos implicados del Gobierno aragonés, que se presentará en próximas semanas. “Gracias a fondos europeos se hacen trabajos en el Parque Nacional para mejorar la calidad de las visitas y que sean de forma más sostenible y compatibles con la conservación”, ha explicado. “Otros ejemplos son el estudio de la capacidad de acogida del Parque Nacional o el Plan de Movilidad. Se trata de buscar opciones que puedan mejorar el acceso a los cuatro sectores del Parque”.
En ese sentido, González ha instado a los visitantes a dirigirse a las oficinas de información.Hasta el 4 de octubre, por trabajos de asfaltado en la carretera autonómica A-135, no se permitirá el paso de vehículos entre el Puente de los Navarros y la Pradera de Ordesa, aunque se podrá acceder de forma peatonal o por otras vías. El 4 de octubre también se volverán a poner en servicios los buses que unen Torla-Ordesa con la Pradera.
González ha valorado, además, que la mayor parte de los visitantes de Ordesa tienen un comportamiento respetuoso y adecuado con el entorno. Casos mediáticos como el de la influencer denunciada por bañarse en zonas prohibidas son casos aislados, que, por el lado positivo, permiten recordar la normativa.