La institución considera que la ganadería extensiva, con el trabajo y esfuerzo de los pastores y pastoras del Alto Aragón, contribuye a preservar el territorio y mantener la biodiversidad. Pero no solo eso ya que también genera una economía sostenible, produciendo alimentos de proximidad ricos y saludables, que favorece el asentamiento poblacional. Un tipo de ganadería que constituye una barrera natural frente a la propagación de incendios forestales, modelando el paisaje y posibilitando entornos naturales ricos, forjando un patrimonio cultural, arquitectónico e inmaterial que es necesario mantener.
La ganadería extensiva es una forma de vida heredada, parte del patrimonio inmaterial de la provincia de Huesca que, en la actualidad, se está perdiendo. Es por eso la necesidad de concederles este galardón y seguir apostando por programas como la Escuela de Pastores puesta en marcha en San Juan de Plan u otras iniciativas en las que ya se trabaja.
En la Junta de Portavoces se destacaba que el porvenir de esta actividad, ligada al asentamiento poblacional en la provincia de Huesca, pasa también por quienes llegan provenientes de otras tierras. En muchos casos, los inmigrantes están manteniendo esta actividad tan tradicional, que languidece por falta de relevo generacional.
