Aunque actualmente el Ayuntamiento de Zaragoza solo puede intervenir en los edificios en estado de ruina, se va a introducir nuevos criterios de salubridad y habitabilidad, como han hecho ciudades como San Sebastián. Los vecinos del casco de Zaragoza tienen identificados los edificios que podrían ser desalojados. El consejero de Urbanismo, Víctor Serrano, deja claro que solo se actuará en aquellos donde los okupas cometan delitos.
Además de actuar en materia de seguridad, el Ayuntamiento ha presentado un Plan de Protección y Mejora para regenerar la zona de Pignatelli que incluye mejoras en equipamientos, en las calles y vivienda con medidas respetuosas con los valores históricos y sociales del barrio que se implementarán a corto, medio y largo plazo.
En materia de equipamientos, prevé la creación de un museo con los restos andalusíes de la calle Escopetería así como una nueva residencia de estudiantes en Pontoneros. Plantea además seis obras de mejora de calles, para mejorar la iluminación o urbanización en puntos como Ramón Pignatelli, plaza San Lamberto, Agustina de Aragón o La Palma, y acciones de rehabilitación de vivienda en base a estudios de detalle para captar población y nuevas familias y mantener el tejido social, sin fomentar la obra nueva ni las grandes intervenciones urbanísticas.
Lo más inmediato serán las obras en el entorno de la Iglesia de San Ildefonso y en la calle Ramón Pignatelli, que podrían acometerse el próximo año con un presupuesto superior a los dos millones de euros.