Quienes velan por la seguridad de las personas durante situaciones de emergencia, como una riada, se enfrentan a un riesgo tan imprevisible como la propia naturaleza: la osadía y la irresponsabilidad de las personas. El jefe de mando de los Bomberos de Zaragoza, Enrique Mur, señala la importancia de que los ciudadanos respeten los límites.
Un ejemplo de estas actitudes de riesgo es el de las dos personas que esta mañana han tenido que ser rescatadas por los buzos de bomberos cuando han accedido al camino de Monzalbarba, con el pretexto de entrar a por los perros y pertenencias de una torre. Su furgoneta se ha averiado al entrarle agua en el moto y han tenido que subirse al techo del vehículo para protegerse de la riada.
Mur señala que aunque Zaragoza es una ciudad hecha a la convivencia con el río, no hay que tomarse demasiadas confianzas con él. Durante una riada extraordinaria, pueden pasar sólo unos segundos entre pisar la orilla sin temor a verse arrastrado por la corriente, un riesgo que no compensa ninguna foto con la que triunfar en las redes sociales.