Segunda jornada del juicio por el crimen de Katia. Rubén Calvo Ropero se sienta en el banquillo acusado de asestar a su entonces novia 64 puñaladas la madrugada del 23 de mayo de 2021. Hoy el acusado sí ha podido declarar, pero solo ha contestado escuetamente a las preguntas de su abogada. Calvo, que se enfrenta a penas de hasta 26 años de cárcel, se ha limitado a asegurar que no recuerda nada de los detalles clave de la noche de los hechos.
Para ilustrar al jurado, durante esta sesión se ha reproducido el audio correspondiente a la declaración que en su día el acusado prestó ante la Policía. El día del asesinato, el acusado sufrió un brote psicótico y había consumido cannabis.
Especialmente duro ha sido el testimonio de su padre, que ha confirmado que el chico sufría esquizofrenia desde adolescente. Lo ha descrito como una persona violenta y con delirios. A todo ello achaca el suicidio de la madre del acusado. Él mismo tuvo activa una orden de alejamiento tras ser atacado por su propio hijo, que, además, era muy celoso y posesivo con Katia, extremo que ha corroborado la prima de la fallecida. Ha manifestado que le sorprendía que la víctima “siempre volvía” a su hijo, pese a ser maltratada de forma recurrente.
Niega haberse drogado en la cárcel
Ayer el acusado no pudo declarar porque se quedó dormido y aletargado durante el inicio del juicio tras haber consumido drogas o por un exceso de medicación en la prisión de Daroca, según la forense que lo examinó. Sin embargo, hoy ha desmentido haber consumido alguna sustancia. Ha achacado su estado a que pasó la noche sin dormir.
La abogada de la defensa, Carmen Sánchez, pedirá responsabilidades a Instituciones Penitenciarias sobre este asunto. Ha recordado que Rubén está sometido a una relación de sujeción especial “y "tiene que estar vigilado y protegido”, ha dicho. “No sabemos si es de drogas o medicamentos pero así lo trajeron ayer. Lamentable la situación”.