El 18% de esos niños y adolescentes llegó a intentar actos suicidas, pero todos se frenaron a tiempo. En lo que llevamos del curso actual, se han notificado otros 140 casos. Dos menores se han quitado la vida en estos dos años, sin que se hubiera llegado a activar el protocolo. El riesgo suicida se ha detectado en el 0,35% de la población escolar. Se trata mayoritariamente de chicas, con una edad media en torno a los 13 años. La psiquiatra de la Unidad de Coordinación de Salud Mental, Cristina Abad, ha explicado que los factores que suelen elevar ese riesgo son la pérdida de un familiar, el acoso o la orientación sexual.
Por provincias, el 78% de los casos se han notificado en Zaragoza, el 6% en Teruel y el 16% en Huesca, y en cuanto al contexto rural o urbano, en torno al 31,53 % se producen en ámbito rural y un 68,47 % en entorno urbano.
Uno de los datos con mayor trascendencia para los departamentos de Educación y Sanidad es la necesidad de activación de una intervención sanitaria inmediata vinculada a un alto riesgo de suicidio, que actualmente supone entre el 8% y el 10% de las notificaciones. Ambos departamentos están homogeneizando criterios de valoración, alineándose para detectar qué casos necesitan de una intervención sanitaria urgente, una atención especializada en salud mental y cuáles necesitan de una atención y ayuda proporcionada directamente en el centro escolar y con las familias u otros recursos.