El interés por regresar de las ciudades al medio rural no es únicamente fruto de la pandemia, aunque en algo ha ayudado, hace ya años que surgió un proyecto que tenía un claro objetivo: frenar la despoblación en los pueblos aragoneses y ayudar a que se asentaran con un proyecto laboral y de vida. Se llamó Pueblos Vivos Aragón.
Este proyecto se desarrolla actualmente en diez comarcas de toda la comunidad aragonesa y desde los grupos e acción local se trata de acompañar a todos los que quieren instalarse en un pueblo a vivir y no sabe cómo hacerlo o se sienten perdidos. La coordinadora del proyecto, Paloma Fábregas, cuenta cómo se puede tener una imagen idealizada de lo que es vivir en el medio rural y ha habido personas que al cabo de un tiempo ha decidido cambiar de pueblo o volver a la ciudad.
La vivienda, el acceso a servicios o el empleo son algunos factores que condicionan la decisión. Fábregas explica que el 85% de quienes van a vivir al pueblo son asalariados y quieren seguir siéndolo en su nueva vida. Esto hizo que se pusieran en contacto a empresas que ofertaban puestos de trabajo con las personas que querían asentarse en los municipios. De ahí ha surgido la iniciativa RuralJobs.