La doctora en economía de la defensa, profesora de la Universidad de Zaragoza y miembro del Colegio de Economistas de Aragón, Claudia Pérez Forniés, analiza qué consecuencias económicas tiene un conflicto armado como el que se está viviendo en Ucrania y establece tres vías esenciales que se ven afectadas: el sistema financiero, la incertidumbre y la energía.
La primera premisa es que Ucrania es quien más pierde y más perjudicado sale de esta situación y que Europa ha de estar presente para ayudar a recomponer a este país que va aquedar desolado en todos los aspectos. Los rusos también están siendo afectados, con la huida de empresas y con la devaluación del rublo. Además de que toda Europa va a sufrir una subida importante de la inflación.
Pérez Forniés recuerda que, a nivel económico, Europa se enfrenta a una situación complicada porque viene de dos años de pandemia y restricciones de la que todavía no se había recuperado. La doctora recuerda que esta situación puede asemejarse a la que hubo en los años 70 con la crisis del petróleo en la que se produjeron unos niveles muy elevados de desempleo.
El control de los salarios y de los precios es una de las medidas que debería empezar a tomarse para intentar minimizar las consecuencias de la crisis económica. Además de estudiar la posibilidad de racionalizar las cantidades de energía o suministros porque en materia energética, Europa lleva más de cinco décadas dependiendo de Rusia y hoy por hoy existe una gran tensión en esta materia.
Cifras de exportación e importación
En Aragón, casi el 50% de los productos importados desde Rusia responden a alimentación y bebidas, seguido de componente y suministros industriales. Por otro lado, son unas 150 empresas aragonesas las que exportaron en 2021 a Rusia y sólo 50 de ellas lo hacen de forma regular. Un 64% son productos de consumo, sobre todo confección y un 15% bienes de consumo duradero y suministros industriales.