Poner tope al precio del gas y desvincularlo de la tarifa eléctrica: es el logro del Gobierno con el que se espera encauzar una situación desbordada en los últimos meses, poniendo contra las cuerdas las economías familiares y empresariales, que hacen frente a facturas inasumibles durante mucho más tiempo.
El profesor de la Universidad de Zaragoza y experto en mercados energéticos, José María Yusta señala que lo que se aprobó en el Consejo Europeo es muy genérico y está por ver la propuesta que el Ejecutivo de Pedro Sánchez presentará en Bruselas para que se apruebe por vía de urgencia, aunque todavía pueden pasar semanas hasta que reciba luz verde.
Yusta añade que al desacoplar el gas del precio de la luz, el precio se fijará a partir de los costes del resto de tecnologías que conforman el mix energético, mucho más competitivas en España, permita pasar de los 250 euros el megawatio hora a precios que estarían por debajo de los 100 euros, aunque recuerda que habrá que seguir sumando el precio del gas utilizado en la generación de electricidad.