La tecnología, acompañada de avances como la robotización o la inteligencia artificial están cada día más en nuestro día a día e incluso sustituyendo trabajos que antes realizaban personas, uno de los ejemplos que pone Carlos Trullén, del despacho de Luis Ignacio Fernández Irigoyen, está en las gasolineras o en los restaurantes de comida rápida.
Ante esta situación, Trullén asegura que hay que ser conscientes de lo que se gana y se pierde, sobre todo si se aplica toda esta tecnología al asesoramiento en inversiones. esto es lo que se denomina “roboadvisors”. Son las plataformas digitales que utilizan algoritmos para proporcionar asesoramiento financiero automatizado. Plataformas que simplifican las decisiones de inversión.
En Economía a pie de calle, Carlos Trullén explica que a los roboadvisors se accede a través de internet, hacen una serie de preguntas básicas para conocer la situación financiera y recomiendan una cartera concreta de fondos de inversión. Pero advierte que los roboadvisors no dicen nada sobre la importancia de disponer de un colchón de seguridad, ni preguntan si se quiere ahorrar para tus hijos, ni aconsejan sobre los beneficios fiscales de determinado tipo de inversiones.
Estos son algunos de los motivos, además de la falta de interacción para pedir explicaciones, por las que según Trullén, los roboadvisors, aunque puedan servir como herramienta, no podrán sustituir a un asesor financiero.