La Fundación para a Conservación del Quebrantahuesos surgió en 1995 por el empeño de un grupo de naturalistas aragoneses que no querían que una especie como el quebrantahuesos desapareciera. Y no sólo han evitado su extinción, sino que también han conseguido que ahora haya más de 140 parejas en toda España.
Gerardo Báguena, presidente de la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos, cuenta cómo en los años 90 era todo un reto intentar recuperar una especie de la que apenas se tenía información y cómo se marcharon a Estados Unidos y Perú y aprender de la recuperación del cóndor.
Trabajo de la Fundación
Los especialistas de la Fundación recogen de los nidos los huevos que tienen menos posibilidades de salir adelante en el medio natural y los llevan al Centro de Cría de Pastriz. Ahí los incuban y cuidan a los polluelos, después los llevan al Pirineo, dónde están en contacto directo con otros quebrantahuesos y una vez que han aprendido a volar y a “darse vida”, se reintroducen en otras zonas.
El objetivo es que el Quebrantahuesos lleguen próximamente al Sistema Central de Gredos y a Teruel. En los Pirineos están asentados y en Picos de Europa ya hay 26 quebrantahuesos que nacieron en Aragón y el año pasado nació la primera quebrantahuesos en libertad en los Picos.
Un ave muy especial
El Quebrantahuesos es un ave muy especial, sólo como huesos, tarda en reproducirse entre diez y once años y aunque pueden poner dos huevos, sólo uno sale adelante. Cada uno de los quebrantahuesos que se liberan en la naturaleza tiene su nombre y los trabajadores los conocer a todos.
26 años de trabajo en la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos que ha conseguido recuperar una especie que de estar al borde de la extinción ya se encuentra en 9 comunidades autónomas y que le ha valido el Premio a la Conservación de la Biodiversidad de la Fundación BBVA.