Apuestan por mantenerlo en la actual ubicación de La Romareda, porque es la apuesta mayoritaria de la sociedad y de los expertos, por motivos prácticos y sentimentales. El nuevo campo no tendría solo usos deportivos, sino también sociales o culturales. Ante el grupo de trabajo del Ayuntamiento no se han mojado respecto al dinero que aportarán.
El director general del Zaragoza, Raúl Sanllehí, ha insistido en que es necesario conocer antes la ubicación concreta, el proyecto, el papel de las administraciones públicas o el modelo de explotación. No descartan analizar modelos como el de San Mamés, a través de una sociedad mixta con las instituciones.
Sanllehí ha recalcado la disposición total del club para poder disponer de un nuevo estadio en 2030 con potencial para ser subsede del mundial de fútbol previsto para ese mismo año. Eso sí, descartan trasladar de ubicación la Ciudad Deportiva porque sería inviable económicamente, pero ven necesario acometer mejoras e incluso crear en el futuro un mini estadio.
Fin del proceso participativo
El alcalde de Zaragoza, Jorge Azcón, ha reiterado en que es necesario fijar la ubicación del nuevo estadio, antes de negociar los planes de gestión y financiación. De momento, no se han marcado plazos para presentar unas conclusiones del proceso participativo.
Tampoco hay una fecha prevista para iniciar las reuniones con la Diputación Provincial de Zaragoza y el Gobierno aragonés. Azcón se ha mostrado seguro, en cualquier caso, de que los nuevos propietarios del Real Zaragoza aportarán una parte importante de la inversión necesaria.