Actualmente hay 72 brotes activos de coronavirus en otras tantas residencias aragonesas, al haberse detectado al menos un trabajador o un residente positivo.
Durante esta segunda etapa de la pandemia han muerto 71 personas en centros de mayores, desde 1 de julio. Una situación que preocupa y que mantiene alerta a las administraciones, aunque la experiencia de la primera ola de contagios permite afrontar la situación con mayores garantías.
En Aragón hay 222 trabajadores de residencias positivos por coronavirus y 686 residentes contagiados. El Gobierno aragonés reconoce que en diez residencias la situación es especialmente preocupante por la gran cantidad de positivos, pero en la mayoría de centros solo hay una persona contagiada.
En los centros afectados (aproximadamente el 25% de las 288 residencias de mayores con que cuenta Aragón) se han activado los planes de contigencia, no se realizan nuevos ingresos, no se reciben visitas, se aplican los mecanismos de sectorización y se refuerza la colaboración y la coordinación.
La consejera María Victoria Broto ha reconocido que la preocupación es máxima, no esperaban un verano así, por lo que es necesario redoblar la coordinación sanitaria, aunque blindar las residencias es muy complicado en zonas como Zaragoza donde hay transmisión comunitaria.
La consejera también ha defendido que las pruebas PCR a los trabajadores de residencias se hace con la mayor rapidez posible. De momento descarta hacer cribados aleatorios en las residencias.
Pese a la situación en las residencias desde que comenzó la pandemia se han registrado 781 nuevos ingresos.
