¿Cómo el rugby puede ser una herramienta educativa que ayude a romper todo tipo de barreras, tanto en personas que viven en exclusión social como quienes tienen una enfermedad mental o sufren cualquier tipo de discapacidad? Esta pregunta la respondieron desde el Fénix Club Rugby desde hace ya unos años, cuando comenzaron a colaborar con entidades como el Centro Neuropsiquiátrico el Carmen de Zaragoza.
Adolfo Escolá, de Fénix Club Rugby explica cómo son equipos en los que la integración es plena entre los usuarios y los jugadores del rugby. Y no sólo con trabajan desde el punto de vista inclusivo con el Centro Neuropsiquiátrico El Carmen, sino también con otros colegios de Educación Especial de Zaragoza, con centros sociolaborales, con el reformatorio e incluso colaboran también con la Fundación Federico Ozanam. Además, tiene un proyecto muy especial con la cárcel de Zuera con un equipo formado por presos que incluso este año van a poder participar en la liga aragonesa.
Diego Royo, coordinador de rehabilitación del Centro Neuropsiquiátrico Nuestra Señora del Carmen asegura que el enfoque de esta colaboración no es sólo deportivo, sino que tiene también un componente terapéutico y educativo en el que los beneficios van un paso más hasta conseguir el bienestar de la persona.
Juan de Jesús, Jota, es un usuario del centro y el año pasado fue elegido mejor jugador de la competición. Para el es importante el trabajo que realizan todos los compañeros y una experiencia increíble. Lo que más destaca es el tercer tiempo, es cuando todos terminan el partido, hacen un paseíllo y se chocan las manos y después, se van a merendar. “Tus rivales son tus amigos y esa parte social es esencial”, añade Royo.
