Un candil de 1885 y los carteles de Joyería Aladrén, del mismo año, que permanecían bajo los del Gran Café son los elementos protegidos de la fachada del número 25 de la calle Alfonso que han sido expoliados. El propietario del local, Santiago Baselga, ha explicado en Más de Uno Zaragoza que un vecino le alertó de ruidos de obras procedentes del local, aunque no hay licencia de obra ni necesidad de ella, ya que el 31 de mayo el inquilino debe devolver las llaves.
Lo que teme Baselga es que, finalmente, el inquilino haya cumplido su amenaza de "destrozarlo todo" si no se le realizaba el pago de 130.000 euros. El propietario, en cambio, asegura que ha intentado negociar, se le ha perdonado el alquiler del último año y que se le han devuelto 13.200 euros de la fianza.
El arquitecto Alejandro Lezcano, del estudio que proyecta la remodelación del local, asegura que la pérdida es irremplazable. En su fachada cuenta con materiales nobles de un gran valor histórico. El Ayuntamiento de Zaragoza ha abierto expediente y llevado el caso a la Fiscalía. El responsable del expolio se enfrenta a sanciones de entre 6.000 y 60.000 euros