En numerosas ocasiones, por la ventana podemos ver cielo despejado, el sol resplandeciente y te invitaba a salir porque el termómetro, aunque marcaba temperatura baja, abrigado, apetece. Pero ¿y cuándo salíamos a la calle? El frío es mayor es lo que decimos hay una “sensación térmica más baja”.
Esa “sensación” se puede calcular, Irene Santa, física y meteoróloga de eltiempo.es, explica cómo depende de la velocidad del viento y a través de una serie de fórmulas se puede saber, por ejemplo, que en un día con temperatura de 0º y 25 km/h la sensación térmica sería de -6º.
El motivo es que esa sensación nos la da la diferencia entre la temperatura de la piel y la del aire. El viento que está en contacto con nuestra piel hace que perdamos calor más rápidamente mientras que en verano, la evaporación del sudor es más difícil por la humedad por lo que no disminuye el calor corporal y la sensación de calor aumenta.