Incluso en algunos puntos podrían superar los 100 litros por metro cuadrado. Por eso, la Confederación del Ebro prevé la crecida extraordinaria de varios ríos e incluso podrían generar afecciones. Además, el organismo insiste en que hay que prestar atención a los barrancos y cauces menores porque podrían registrar aumentos súbitos de caudal. Esas crecidas, en principio, serán asumidas por los grandes embalses situados en el Pirineo.
Es una semana marcada por las precipitaciones, de hecho, el nuevo consejero de Agricultura, Javier Rincón, ha visitado las localidades de Báguena y Burbáguena, donde los cultivos se han visto afectados por las riadas en las comarcas de los ríos Calatayud y Jiloca. En la última semana ha caído en esa zona 200 litros por metro cuadrado.
Todavía habrá que esperar dos semanas para evaluar los daños en cultivos como el maíz, el girasol o los huertos. También se han visto dañados las infraestructuras de riego como acequias. El consejero Rincón señala que los cauces de los ríos no están limpios y la Confederación no autoriza la retira de elementos como ramas o troncos de árboles.
Como consecuencia de las lluvias de esta semana, el agua del pantano de Oliete continúa sin ser potable y los siete pueblos que se abastecen de ese embalse han tenido que prohibir su consumo a los vecinos.
