Hemos tenido la mirada puesta en Logroño. En el caso en el que dos niñas fueron intercambiadas en neonatos y, tras salir de la incubadora, cada una fue entregada a una familia que no era la suya. El motivo de que esto sucediera se atribuyó a un error humano en el hospital.
Los centros hospitalarios cuentan con protocolos muy exhaustivos para evitar que esto suceda. Miguel Ángel García, vocal matrón del Colegio de Enfermería de Zaragoza, explica que tanto la madre como el bebé llevan una pulsera con un código de números y de color y por si esa pulsera se perdiera, la pinza del cordón umbilical comparte el mismo código numérico y de color. Además de tomar muestras de sangre para el ADN.
Los protocolos han cambiado con el paso de los años y en estos momentos se prioriza que el bebé esté en todo momento con su madre. García relata cómo, hasta cuando hay que separar al bebé para hacerle alguna prueba médica, siempre se garantiza que el padre o la madre puedan acompañarle.