Los sindicatos STEPA y CATA se han concentrado este lunes frente al Edificio Pignatelli, sede del Gobierno aragonés, para exigirle que apruebe una convocatoria extraordinaria para estabilizar al personal interino. Aseguran que el 51% de los empleados públicos tienen contratos temporales, cuando la ley obliga a reducir esa cifra por debajo del 8%. Unos 17.000 de esos trabajadores, además, son víctimas del abuso de temporalidad, con una media de 15 años en el mismo puesto.
En este sentido, STEPA y CATA lamentan que el resto de sindicatos centren sus reivindicaciones en el personal fijo, y aplauden las enmiendas que Vox, PAR, Podemos e Izquierda Unida han presentado para que los presupuestos incluyan las plazas que no convocó el anterior Ejecutivo.
María Pilar Remírez, miembro de STEPA, ha explicado la simbología de este acto de protesta. Las pancartas en el suelo hacen referencia a que los derechos de los interinos están siendo pisoteados, los globos que han explotado equivalen a los compañeros que han sido despedidos y los que han dejado volar simbolizan todo el talento que perderá la Comunidad Autónoma si no se estabilizan esas plazas.