En mesas y sin bailar, pero el ocio nocturno vuelve a moverse en Zaragoza. Hay locales que todavía no han abierto, y los que lo han hecho se han reencontrado con sus clientes en condiciones muy diferentes a las de la última copa antes de la pandemia, aunque algunos empresarios ya han vuelvo a meter algo de dinero en sus cajas.
La apertura afecta, indirectamente, a otros sectores, como el del taxi, que antes de la pandemia hacía el 40% de su recaudación semanal con los servicios nocturnos de fin de semana. El presidente de los taxistas zaragozanos, Mariano Morón, ha explicado que han notado un aumento de la demanda, aunque no el que les hubiera gustado porque han tenido que duplicar el número de vehículos en la calle.
Por su parte, la asociación Stop Ruidos Casco Histórico asegura que también han notado la apertura en el regreso de los ruidos. Los sonómetros de la propia asociación han pasado de 33 dB hace unas semana a mediciones por encima de 74 dB en la calle Mayor, cuando la legislación marca un límite de 65 dB.