Aunque el Gobierno ha tratado de calmar los ánimos en las últimas horas sugiriendo que se buscarán fórmulas para que los transportistas queden exentos o puedan ser compensados económicamente, el sector del transporte por carretera ha reaccionado a la posibilidad de pagar peajes en las autovías con un de rechazo absoluto a esta medida, que consideran injustificada y muy perjudicial para los transportistas.
El presidente de TRADIME, José Antonio Moliner, ha negado la validez de los principales argumentos con los que el Gobierno defiende el pago por usar las autovías: el medioambiental y el de conservación de infraestructuras. Al primero, se refiere el documento como una de las "externalidades negativas" del transporte por carretera, algo que Moliner niega porque los camiones actuales son más ecológicos que cualquier máquina diésel ferroviaria, ya que sólo producen el 5% de la contaminación.
En cuanto al desgaste de la infraestructuras, señala que si se hicieran mejores carreteras no se deteriorarían tanto. Asegura que en el resto de Europa están "o mejor construidas, o mejor conservadas", y matiza que los auténticos usuarios de las carreteras son las empresas que necesitan trasladar sus mercancías. Moliner sugiere que, si se trata de sufragar el mantenimiento, en vez de penalizar al transportista, se estudie una tasa a las empresas, según el peso de la mercancía que envían, aunque recalca que cualquiera de estas medidas acabará repercutiendo en el consumidor.