Recorrer los 215 kilómetros entre Alfajarín y El Vendrell tenía un coste de 25,65 euros y cada día circulan por ella más de 9.600 vehículos. Una liberalización que cierra 44 años de gestión por parte de Albertis y que permite evitar una de las carreteras más peligrosas y con más puntos negros como es la N-II a su paso por Aragón.
Sólo en el tramo de la N-II entre Alfajarín y Fraga, han sido 62 las personas que han fallecido en la última década. Se trata de una de las vías más peligrosas y por ella circulaban más de 6.000 los camiones. José Antonio Molinero, presidente de Tradime, explica cómo es una medida esperada aunque denuncian que ha faltado previsión para adaptar la autopista en autovía, además de la falta de plazas en áreas de descanso.
Son muchos los pueblos que han salido, literalmente, a la carretera para pedir, por un lado la liberalización de la AP-2 y, por otro, ese deseado desdoblamiento de la N-II tantas veces prometido y que parece no llegar. Desde Alfajarín hasta Fraga, pasando por Nuez de Ebro, Villafranca, Osera, Pina de Ebro, Bujaraloz, Peñalba o Candasnos. Localidades que han sido testigo de muchas pérdidas y accidentes.
La esperanza de la mejora de la seguridad vial y el descenso de siniestralidad no evitan que esta liberalización trae también otros perjuicios para estos municipios que lindan con la vía y es que los ayuntamientos, dejarán de percibir, en total, unos dos millones de euros que recaudan todos los años a través del IBI, del Impuesto de Bienes Inmuebles. Además de que varios negocios que vivían del tránsito de esta vía, se verán afectados.
Tramos liberados
El 1 de septiembre se liberaron más autopistas, además de la AP-2, que también afectan a los aragoneses, ya que son vías que se usan, sobre todo, en periodos vacacionales:
- AP-2: entre Alfajarín y El Vendrell
- AP-7: entre Tarragona y la Jonquera
- C-32: entre Barcelona y Lloret de Mar
- C-33: entre Barcelona y Montmeló