La organización agraria UAGA prevé cerrar una campaña “normal” de la fruta con la recolección de este verano, aunque el balance final dependerá de los precios que reciban los productores en un año marcado por el aumento de costes de producción.
En total, prevén recoger 600.000 toneladas de fruta de pepita y de hueso, una cifra inferior a la del año pasado por, entre otros factores, la reducción de la superficie cultivada. Por el lado positivo, la meteorología está acompañando más que en campañas anteriores, marcadas por el pedrisco o las heladas. No se prevén daños por lluvias intensas en próximas semanas.
Aun así, la producción de cereza se reducirá cerca de un 25% (se recogerán 50.000 toneladas) y hasta un 17% la de ciruelas, por el rajado o mal cuajado de las frutas. En cuanto a la de manzana y pera se prevé una reducción del 17% (70.000 y 40.000 respectivamente) por las heladas y la disminución de hectáreas cultivadas. Sólo crecerá la cosecha de nectarina, que, con unas 7.400 toneladas, aumentará un 17%.
Pese a que Aragón sigue siendo Comunidad líder en producción de fruta dulce en España, preocupa el futuro de la fruta de pepita, cada vez menos rentable. Por eso la superficie dedicada a la pera y manzana se ha reducido cerca de un 40% respecto a 2019. Cada vez más explotaciones prefieren cambiar a otras variedades de hueso o a frutos secos como el almendro.
Seguros, temporeros y precios justos
Aunque desde UAGA prevén precios adecuados en variedades como el albaricoque, la rentabilidad de la mayoría de los frutales es baja o muy baja. Uno de los responsables de Fruta de UAGA, Jorge Cajo, ha reivindicado el cumplimiento de la ley de la cadena alimentaria para apoyar a la agricultura familiar y evitar que grandes empresas copen la producción. Eso pondría en riesgo la soberanía alimentaria.
También reivindican mejoras en los seguros agrarios, porque pese a que son cada vez más caros, cubren menos daños a los productores por el endureciendo las condiciones para cobrar.Alfredo Sanjuán, también responsable de Fruta de UAGA, reclama adaptarlos al cambio climático y a los episodios cada vez más frecuentes de heladas en primavera, sequía o pedrisco.
Por otro lado, este año la campaña de la fruta, iniciada en abril, requerirá la contratación de unos 14.000 temporeros, la mayoría con contratos fijos discontinuos. En ese sentido, desde UAGA reivindican a los ayuntamientos, diputaciones y comarcas que sigan el ejemplo de Tamarite y habiliten albergues municipales para alojar a los trabajadores de otros países.