La Confederación Hidrográfica del Ebro ha conseguido desviar 0,39 hectómetros cúbicos de agua desde el pozo Masía Nueva 2 al embalse de Calanda. Se trata del 86% de la cantidad prevista inicialmente, debido a una avería en uno de los grupos electrógenos que obligó a paralizar el bombeo.
Pero a esto hay que sumar los 37 litros por metro cuadrado de precipitación que se han recogido en la cuenca del Guadalope en tan solo tres días que, según el presidente de los regantes, José Fernando Murria, "han hecho un riego y han salvado la temporada".
Murría asegura que "la situación de emergencia ha pasado y ahora tenemos la esperanza de que este año podamos llenar la nueva presa, lo que nos dará un respiro importante".