La agricultura también se ve afectada por el encarecimiento de las materias primas. Es el caso de los fertilizantes o los piensos, ya que además hay cierta especulación sobre un posible desabastecimiento en esos productos.
Por eso, la Unión de Pequeños Agricultores pide al Gobierno de España y al aragonés apoyo y ayudas para evitar que desaparezcan miles de explotaciones, sobre todos las familiares. El presidente de la UPA, Lorenzo Ramos, reclama que se cumpla la ley de la Cadena Alimentaria para que los agricultores no pierdan dinero.
Tormenta perfecta
Ramós denomina esta situación como "tormenta perfecta" y pone algunos ejemplos: un cerealista de 100 hectáreas sufre un incremento de costes respecto a la pasada campaña del 56%; un productor de maíz de 25 hectáreas sufre un encarecimiento del 59%; una explotación lechera con 100 vacas ve aumentado en 4,2 céntimos el coste de un litro de leche; y una graja porcina con 800 cerdos afronta un incremento de 40.000 euros.
La organización cree que está en juego la soberanía alimentaria de la Unión Europea y pide a los gobiernos que tomen medidas. A esto se une, según la UPA, los márgenes abusivos que se aplican a los productos frescos. Recuerdan que el precio que pagan los consumidores está muy lejos del que reciben los productores.