Han tenido apenas dos meses de trabajo frente a 10 meses parados en los que no han recibido ninguna ayuda que les permita seguir vivos. Por eso, los valles pirenaicos alertan de que, cuando llegue el verano, es posible que muchos establecimientos hayan cerrado sus puertas. Insisten en la necesidad de reactivar la economía y lamentan la falta de interés del Gobierno de Aragón por esta parte de la comunidad. Vuelven a reclamar permisos para acceder a las segundas residencias y reservas hoteleras seguras si los datos lo permiten.
Se sienten desatendidos e incomprendidos. Acusan al ejecutivo de no conocer la realidad de los valles y de no dar fechas ni plantear una hoja de ruta que les permita prever su futuro.
Denuncian las escasas ayudas que han recibido por no decir ninguna y se comparan con países vecinos como Francia donde sus homólogos han recibido hasta 17.000 euros en los dos últimos meses.
Por eso, asociaciones turísticas y empresariales, ayuntamientos y el movimiento ciudadano SOSPIRINEOARAGONÉS se han aliado para ganar fuerza y seguirán movilizándose. La próxima cita, este viernes 5 de febrero, con tres manifestaciones simultáneas en Jaca, Biescas y Castejón de Sos.
