Desde la Asociación Vive El Gancho, su portavoz, Oscar Villanueva, asegura que no puede ser que el Ayuntamiento de Zaragoza sea titular de esos edificios desde hace más de un año y consienta que inmuebles y solares de su propiedad sean ocupados ilegalmente y sirvan como puntos de venta para el tráfico o la prostitución.
Este extremo ha sido matizado en numerosas ocasiones por el consejero de Urbanismo Víctor Serrano, quien siempre ha recordado que los desalojos no pueden ordenarse sin tener el 100% de la propiedad adquirido, algo que no es fácil porque muchas veces hay varios propietarios y hay que negociar con ellos uno por uno. En el momento en el que Zaragoza Vivienda es el titular único de la propiedad, se solicita al juzgado la orden de desalojo, que se ejecuta en cuanto es aprobada.
Esto ocurrió el pasado viernes, cuando se pudo llevar a cabo el desalojo del número 76 de la calle Pignatelli, donde todos sus inquilinos vivían en el edificio de forma ilegal, había varias familias con menores y era un foco de drogas y prostitución. Oscar Villanueva valora positivamente ese desalojo, pero advierte de que algunos de los desalojados, estaban tan sólo unas horas después instalados en el número 4 de la calle Zamoray.