A partir del 18 de octubre, los habitantes de Seira y sus convecinos de Abi y Barbaruens, en la comarca de la Ribagorza, quedarán confinados. Es lo que sienten los vecinos que viven allí de forma habitual y a quienes las obras de la N-260 dejará prácticamente aislados. Los trabajos entre Campo y el Congosto de Ventamillo obligan a cortar la circulación durante la mayor parte del día y de la noche y Seira se encuentra precisamente entre ambos puntos.
La N-260 es la única salida hacia el sur pero también hacia el norte de quienes viven en estas tres poblaciones, unas 60 personas, que quedarán incomunicados salvo tres momentos al día, durante dos horas; por la mañana de 7 a 9, y por las tardes, de 14 a 16 y de 20 a 22. Franjas horarias que califican de tomadura de pelo más aun si tenemos en cuenta que las obras se extenderán un mes y medio, entre el 18 de octubre y el 2 de diciembre.
La situación no es nueva para ellos, ya la vivieron la pasada primavera cuando un desprendimiento destrozó parte de la calzada y solo podían salir de sus pueblos en momentos puntuales. Estos vecinos, asesorados por abogados, están valorando llevar el cierre a los tribunales ya que el proyecto refleja la necesidad de habilitar una salida de forma permanente.
