La Federación de Barrios teme que el objetivo de restringir el tráfico en el centro de Zaragoza a vehículos con motor gasolina de más de 20 años y diésel de más de 15, servirá para convertir la circulación en las zonas vetadas en un privilegio que sólo estaría al alcance de aquellos ciudadanos que puedan permitirse coches más modernos.
Al margen del riesgo de discriminar a clases más desfavorecidas que no pueden renovar su vehículo, el portavoz de esta organización vecinal, Juan Carlos Crespo, valora positivamente la intención de reducir el tráfico en las ciudades, tras años de planificar su diseño al servicio del coche, pero considera que hay más incógnitas.
Otra de las dudas de esta organización vecinal pasa por saber cómo se reordenará el transporte público, que tendrá que reforzarse para garantizar la movilidad por la zona restringida, que podría delimitarse en el cinturón formado por Paseo María Agustín-Paseo Pamplona-Echegaray y Caballero.