La doctora en psicología y miembro de la Junta Directiva de la Asociación Aragonesa de Psicopedagogía, María González, cuenta que es importante desconectar en algunos momentos y los videojuegos pueden ayudarnos a ello. En el caso de los menores es importante que los padres tengan un cierto control del tipo de videojuegos que se trata y las horas que se les dedica.
Una llamada de atención de que el juego comienza a convertirse en un problema es que se convierta en una obsesión y que comienza a secuestrar las emociones, se vuelven egocéntricos o se inmunizan ante temas como la violencia o la muerte.
Establecer una edad mínima para poder jugar o no a los videojuegos no es sencillo ya que son muchos los tipos de juegos con los que nos encontramos. Pero si se pueden poner límites de horarios en su uso. Un ejemplo lo encontramos en China donde han establecido que los menores pueden utilizar las consolas una hora, de viernes a domingo y días festivos.