Nuevo revés para los pueblos que se abastecen del pantano de Oliete, que ya estaban a punto de confirmar la potabilidad del agua, pero que han tenido que volver a las restricciones porque los últimos análisis han dado peores resultados que los anteriores
La Puebla de Híjar ya había conseguido los dos resultados que arrojaban los índices necesarios para declarar la aptitud, pero el balance que les han trasladado esta mañana lo ha echado todo para atrás porque de nuevo vuelven a salir altos índices de trihalometanos en la toma del casco urbano. Por este motivo su alcalde, Pedro Bello, ha decidido retomar las restricciones, "aunque sea dar un paso atrás".
Bello asegura no tener explicación para lo que está ocurriendo, "cuando se están haciendo más controles que nunca y estamos todos pendientes de poner fin a esta situación".
En Albalate y en Samper de Calanda siguen esperando las segundas analíticas, mientras que en Castelnou y en Urrea de Gaén ni siquiera han conseguido dar los parámetros previos que les permitan mantener la esperanza ante el final de esta situación que arrastran desde finales de agosto. La alcaldesa de Urrea, Silvia Blasco, decía que "estamos muy preocupados porque ya no sabemos qué hacer".