Dos hembras y un macho jóvenes son los yaks domésticos, nuevos inquilinos de la ganadería de Borda Matías, de Orós Bajo. No tienen parentesco para poder iniciar la reproducción de esta especie en tierras oscenses, aunque está prevista la incorporación de algún animal más a corto plazo.
A simple vista, los yaks parecen pequeñas vacas peludas, pero si nos fijamos con detenimiento veremos que su cola es diferente, más parecida a la de un caballo, que tienen una cruz más prominente, como una pequeña joroba, más visible en los machos y en animales en buen estado de carnes. Los pesos oscilan entre los 300kg. de las hembras y los 500 o 600 kg. de los machos adultos.
Son animales muy sociables y curiosos, cuya adaptación ha sido perfecta, sin ningún problema más allá del establecimiento de la jerarquía en el rebaño, ya que procedían de manadas diferentes.