Durante 77 años, las butacas fabricadas por Muebles Loscertales en 1940 acogieron al público que acudió al Teatro Principal; hasta que en 2017, el gobierno de Zaragoza en Común decidió sustituir esos asientos. Esa decisión fue, según la presidenta de APUDEPA (Acción Pública para la Defensa del Patrimonio) un gran error, porque esas butacas eran ya patrimonio cultural de la Ciudad, pero el gobierno municipal de ZEC, no atendió a sus quejas.
El cambio se llevó a cabo para adaptar la sala a las nuevas normativas de seguridad y accesibilidad. Se procedió a la tasación y puesta a la venta de las butacas a 225 euros cada una, aunque apenas llegaron a venderse 40 unidades. Se regalaron algunas a celebridades de la escena como el actor José Sacristán, y otras fueron reubicadas en distintas dependencias municipales.
Las butacas que no fueron vendidas, regaladas o reubicadas, duermen el sueño de los justos en la antigua Gerencia de Urbanismo, donde cinco años después, el propio grupo de Zaragoza en Común ha denunciado el mal estado de conservación, al menos de las que se pueden ver en las fotografías cubiertas de excrementos de palomas.