No cabe la menor duda de que el pesimismo ya hace mella en el propio técnico del Real Zaragoza, Fran Escribá. El pobre hombre ya va dando tumbos, al no encontrar la formula para enderezar al equipo, e ir ganando algún partido con tranquilidad de vez en cuando. Está claro que lo ha probado todo, pero no encuentra soluciones. Hay algunas que ya no tienen soluciones, como el caso Guaye, y es que si ya no jugó contra el Burgos, no jugará contra nadie. Escriba, aunque el lo crea, no ha inventado el fútbol, y los resultados se lo están demostrando cada domingo que juega el equipo sobre todo en casa.
El partido del domingo, no realizó ni los cambios necesarios a pesar de que el equipo no jugaba a nada, lo único lógico era haber sacado a Guaye, que para eso ha venido, y para aprovechar su altura. Ya que los pocos centros que llegaban al área en especial de Bebé, pasaban por encima de los delanteros bajos del Zaragoza, sin encontrar rematador. La única explicación que dio el técnico que si hubieran jugado, lejos de La Romareda, quizá hubiera contado con el delantero, pero que en casa no era lo más recomendable, por el ambiente que se crea. Escribá el único que lo ha creado es usted con sus decisiones.
Está claro, que los técnicos cuando llegan a Zaragoza, se transforman, y son muy diferentes a lo que demuestran cuando están lejos de nuestra ciudad. Con los años que lleva en los banquillos debería saber que lo último que debe de hacer un entrenador, claro hablo de los buenos, es cargar una responsabilidad, que no les corresponde, a la afición. Ya puede dar gracias de que no le denuncien, ya que ellos pagan por ver un espectáculo, que usted les está privando de verlo cada jornada que juega el equipo en casa. Lo que debe hacer Escribá es entrenar bien y competir, que la afición de Zaragoza ya hará lo que tiene que hacer, porque se trata de una gran afición.