Begoña se jubiló el 20 de septiembre de 2024 después de más de 40 años trabajando en cárceles de nuestro país.
Quien presentó la candidatura, un compañero de trabajo, asegura que dio el paso para “intentar dar visibilidad y hacer justicia a una mujer que ha entregado su vida al servicio público con una inteligencia, una creatividad y un nivel de sacrificio que no tienen comparación”.
Antes de llegar a la actual prisión de Asturias, pasó por la Cárcel Modelo de Barcelona en la primera mitad de los 80 y posteriormente por la antigua cárcel de Oviedo. Junto con un grupo de profesionales, pero sobre todo junto a Faustino G. Zapico (su pareja), revolucionó el sistema penitenciario español poniendo en marcha la Unidad Terapéutica y Educativa que rompía con el modelo de ejecución tradicional y planteaba la posibilidad de una prisión alternativa.
Son millares las familias asturianas que están agradecidas a Begoña por haber rescatado a sus hijos e hijas del mundo de las drogas y la delincuencia. Su propia trayectoria personal y profesional le permitió estar muy cerca de los ambientes marginales y delincuenciales, y en esa experiencia se fragua la idea de que si no se rompe con la subcultura carcelaria es muy difícil abandonar el consumo de drogas.
Decidió dedicar su vida a la prisión sabiendo que era un lugar peligroso, pero sin tenerles miedo a las personas que allí estaban. Llegó a un mundo de violencia, jeringuillas, sida, sobredosis, suicidios, y miseria en general, que se convertirían en su día a día. Y todas estas experiencias no sólo la endurecieron, sino que reforzaron su convicción de que las personas pueden cambiar su vida.
A lo largo de su trayectoria ha recibido el Premio Derechos Humanos otorgado a la Unidad Terapéutica y Educativa del Centro Penitenciario de Villabona por la Asociación de Jóvenes Abogados de España en 2005. El Premio Acción Social del Diario El Comercio otorgado a la Unidad Terapéutica y Educativa del Centro Penitenciario de Villabona en 2006. La Medalla de Plata del Principado de Asturias, otorgada a la Unidad Terapéutica y Educativa del Centro Penitenciario de Villabona en 2007. La Medalla de Plata al Mérito Penitenciario en 2011 por la puesta en funcionamiento y consolidación de la Unidad Terapéutica y Educativa y su réplica en el resto de centros penitenciarios. La Insignia de Oro de los premios 1º de Mayo del Sindicato UGT y el Premio Solidario de la Fundación ONCE.