Ahuja cree que la política debe servir para mejorar las cosas, la vida de la gente, el interés general. Reconoce que no siempre se puede hacer todo lo que se quiere y defiende que un político reconozca cuando se equivoca, o cuando lo intenta y no lo consigue. Puede ser consecuencia de su formación en la mediación familiar. Algo que le sirve en la política porque los partidos son pequeñas familias que necesitan mucho diálogo.
Si le hacen elegir, tiene claro que elige la abogacía, su gran pasión. Quería ser abogada desde bien pequeña y su paso por el colegio Santo Ángel de la Guarda la ayudó a formarse y avanzar en sus objetivos. Nunca ha dejado su carrera, a la que regresará plenamente en cuanto cierre esta etapa política. Pese a ello, nunca dejará la política porque es algo que siente y que siempre la acompaña. Quizás por eso en su grupo más cercano nunca les sorprendió su apuesta por formar parte de la primera línea. Se reconoce como una persona "inquita" políticamente.
Agradecida a Mercedes Fernández, la persona que la introdujo en la política pública, Ángeles Fernández Ahuja encara su recta final defendiendo un proyecto y unas ideas, la base de la política según dice.
